Buscar el bien común
“Les aseguro que todo lo
que hicieron por uno de estos hermanos míos más humildes, por mí mismo lo
hicieron.” (Mateo 25:40)
Como sociedad argentina debemos celebrar una vez más la posibilidad de
ejercer el derecho democrático a elegir. Poder hacerlo es una preciosa oportunidad
ciudadana en un país que supo pasar por largos períodos en los que el poder era
usurpado por la fuerza por quienes no aceptaban la voz de las urnas.
En nuestra pasada reunión de Junta Directiva hemos reflexionado sobre
este tema y deseamos compartir con nuestras comunidades algunos pensamientos,
en la seguridad que la reflexión serena, la oración y el compromiso con el
Evangelio de Jesús han de ayudarnos a la hora de expresarnos en el desafiante
ejercicio de nuestra ciudadanía.
Queremos invitar a los miembros de nuestras comunidades a transitar con
alegría este tiempo, a aprovecharlo para conversar, para debatir con respeto,
para compartir sus diferentes posturas políticas, para expresar sus miedos y
también sus sueños, para señalar objetivamente los logros de más de 30 años
consecutivos de democracia y para enunciar lo que aún debe ser alcanzado para
que la vida digna y plena sea una realidad para cada persona en toda la
extensión del suelo argentino.
No todas las personas tenemos la misma manera de ver la realidad y de
aproximarnos a los desafíos que nos presentan. Y eso, más que una amenaza o un
motivo de enojo, debe ser recibido como una riqueza, porque sólo en la
diversidad respetuosa está la posibilidad del desarrollo y del crecimiento.
Dios en su creatividad nos hizo personas diversas y nos invita a la convivencia
armoniosa en esa variedad de pensares y de sentires, poniendo en nuestro
horizonte el bien común como meta última.
En este sentido, como Junta les invitamos a tomar el compromiso de
asumir estas próximas elecciones democráticas como un testimonio de fe. Que en
el marco del respeto por las propuestas diversas que existen podamos hacer el
ejercicio de pensar cuáles de ellas acompañan y protegen los intereses del
conjunto del pueblo argentino, especialmente el de los más pequeños: las
comunidades originarias, los ancianos y las ancianas, la niñez, las minorías
cuyos derechos aún no son reconocidos. Que nuestro voto sea un testimonio de fe
que se aparte de intereses individualistas y mezquinos. Que quien vote no
piense sólo en sí mismo, sino más bien en todos los demás, en especial en los
más frágiles y vulnerables de nuestra sociedad. Y también en el bienestar de la
casa común que compartimos, de nuestra creación, del medio ambiente.
Pongamos en oración lo que ha de suceder en los próximos días,
conversemos en comunidad, sin descalificarnos ni agredirnos, porque eso no
conduce a nada. Escuchemos a las otras personas, hagamos oír también nuestra
voz, siempre con respeto y aceptando que nadie es dueño de verdades absolutas y
que, en comunidad, podemos encontrar un poco más de luz para ayudarnos a
enfilar nuestros pasos hacia el “cuarto oscuro”, ese lugar donde no ponemos en
juego solamente elecciones personales, sino los valores que sostienen nuestra
fe evangélica. Ejerzamos nuestro derecho a elegir con alegría, sintiéndonos
parte de una sociedad llamada a la convivencia armoniosa en su diversidad,
buscando el bien común en esta tierra que habitamos.
Reciban nuestro deseo de bendiciones para la vida y misión de cada una
de nuestras comunidades.
¡Solo a Dios la gloria!
Por la Junta Directiva de las IRA, a los 16 días del mes de octubre de
2015.
Ana Wilgenhoff Priscila
Primerano Mauricio Maly Susana Luiten
Gerardo Oberman Luciana Tauri Leonardo Schindler